Alice Shantala Colombo
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Por Irene Garcés Medrano. Como una premonición, al nacer hace 42 años sus padres la llamaron Alice Shantala. Alice como la protagonista del cuento de Lewis Carrol, nombre en boga en ciertos ambientes alternativos italianos de los años setenta, significa de noble y bello aspecto. Y Shantala, portadora de luz, amor y bienestar. Nombres ideales para enfatizar la pasión, la entrega, la elegancia y el valor artístico de esta bailarina y profesora de danzas Tribal Fusion (TF) y American Tribal Style (ATS).

Esta italiana de Cameri (provincia de Novara), a pocos kilómetros de Milán, debutó a nivel internacional en 2012, en Rennes, Francia, cuando fue seleccionada para danzar en el Palco del Tribal Umrah. Graduada en Lenguas y Literaturas Extranjeras con especialización en Sociología y Demografía de las migraciones, Colombo hizo parte de la compañía ´Bellydance Evolution en 2014 y 2015, con el espectáculo ´Alice in Wonderland´ y participó en una gira por Milán, Roma, Berlín, Hannover, Berna y  Dornbirn (Austria). 

Fotografía: Argun Tekant

En el intervalo de una de sus lecciones on line dialogamos sobre su búsqueda y realización artística a través de la danza.

IG: ¿Una danza-puente con su parte más recóndita? AC: Estudié danza clásica, contemporánea y moderna e hice diez años de gimnasia artística y rítmica a nivel agonístico, pero desde el punto de vista de buscar y crear arte, fue con la danza Tribal Fusión que comencé a trabajar más sobre mí misma porque se volvió una búsqueda interior. Pude encontrarme delante a mí misma e interrogarme sobre aquello que era mi deseo de expresividad a nivel artístico.

¿Todo empezó con la danza del vientre? Empecé con la danza medio-oriental porqué en el gimnasio me aburría, no tenía un estímulo, adelgazar no era un objetivo, mientras que danzar me permitía mejorar y, al mismo tiempo, hacer actividad física. Ahora es un recorrido que se volvió casi psicológico.

Permite danzar a las mujeres de cualquier edad, a redescubrir y apreciar sus propios cuerpos, ellas aprenden con el tiempo a mirarse al espejo y a dejar de juzgarse. A una bailarina, aunque un poco acuerpada, se le admira igual. En nuestra sociedad italiana tenemos los diarios y la televisión que nos hace ver las modelos delgadas, personas con estándares de belleza  inalcanzables. Con la ATS se descubre otro tipo de belleza, el bienestar físico y mental.


Pienso que con el intelecto se puede resolver cualquier tipo de problema, de razonar, mientras que con la Tribal Fusion, a través de la búsqueda artística, se puede preguntar sobre quién eres y qué se quiere expresar. Con el trabajo sobre el cuerpo y sobre la propia expresividad artística puedes abordar cuestiones interiores, que con el solo análisis psicológico o el razonamiento personal no afloran, la danza es terapéutica. Fotografía Marco Sartori

¿Cómo es la Fusion entre mujeres? De una parte nos han educado a no colaborar y al mismo tiempo nos hacen creer que las mujeres vivimos en competición. Lo hermoso es que a través de la ATS, se descubre otra fuerza, una hermandad, solleranza, lo cual no significa que es una danza que excluya a los hombres. Reúne a las mujeres pero también hay hombres, porque es abierta, acogedora, incluyente en términos de género. Nació en San Francisco donde hay una visión muy amplia a toda la comunidad LGBT.

¿Una hermandad para superar complejos? La Tribal Fusion ofrece la oportunidad de encontrase entre mujeres en un lugar protegido, ya que todas las lecciones son creadas en un puesto donde no se juzga a la persona ni se juzgan los propios límites. No existe la palabra no soy capaz, soy una fracasada ni cosas así. Existe la palabra no soy capaz en este momento. Es importante a todos los niveles y a cualquier edad descubrir que las limitaciones son aquellas a las cuales damos espacio en nuestro pensamiento. A través de pequeños pasos, con la presencia en sala, se superan obstáculos y límites que creíamos reales.

Somos una comunidad de más de 200 mil personas, como una pequeña ciudad pero dispersa en todo el mundo. Durante los encuentros, eventos y festivales que se organizan se crea una especie de conexión. Existe esta fuerte solidaridad. Fotografía Argun Tekant.

¿Cuál es idioma les une? La danza American Tribal Style (ATS) nos permite estudiar un lenguaje, como si fuera un vocabulario. En el momento en que vas a Rusia, no conoces el ruso y no hay modo de hablar, pero durante el festival bailas tranquilamente, improvisando con las bailarinas rusas te comunicas a través de la danza, del gesto, los pasos y del espectáculo.

¿También danza sola? Siempre mi parte más introspectiva emerge en mis ´solos´, bailo más como forma expresiva, puede suceder que me salga de los esquemas de la Tribal fusión que deja mucha libertad. La parte coreográfica que requiere de un trabajo artístico y coreográfico-coral, la aplico con mis alumnas y con los proyectos que hemos adelantado con otras bailarinas. 

¿De danza se puede vivir? Es un sueño porqué  en Italia no es fácil, el arte no es absolutamente sostenido, en especial artes como la tribal fusión, que es alternativa. Sería muy lindo pero no existen muchas oportunidades. Se vive de enseñar y danzar, conjugando ambas. Fotograía Andrea Arcidiacono.

¿Ha cumplido algunos sueños? Uno de ellos haber estado entre las 10 seleccionadas para participar en la tournée de la Bellydance Evolution me ha dado siempre tantísima felicidad. Es un grandísimo honor cada vez que  mi profesora actual, Zoe Jakes, me selecciona para cursos más específicos. En 2015 me llamó para ir a San Francisco a participar en un curso intensivo de nivel avanzado, para mí esa fue una alegría inmensa, absoluta!   Fotografía: Mauro Bezzi

¿De la danza del vientre a la ‘American Tribal Fusion’? Existen varios tipos de fusion derivados de la danza del vientre y contaminados con otras danzas. Por ejemplo la American Tribal Style (ATS),  que para eliminar la palabra Tribal le cambiaron el nombre por Fat Chance BellyDance Style FCBDS®️, es una danza de grupo, improvisación, codificada y muy divertida. También existen varios grupos que a partir de allí divergen de la FCBS pero que han mantenido el concepto de la improvisación y del lenguaje codificado.  Algunos utilizan música electrónica más contemporánea a diferencia de la FCBS que utiliza músicas del Magreb, balcánicas y mediterráneas. Y el otro estilo de danza es el del Tribal Fusion que a raíz de los recientes episodios de racismo en Estados Unidos eliminó la palabra Tribal, la reemplazó por Transnational Dance Style, aunque es un vocablo que no gusta a todos porqué evoca poco la danza que tiene tantas ramificaciones, como por ejemplo la gótica, y otras danzas un poco más contemporáneas y la Fusión con las danzas hindúes.

¿Proyectos en vista? Uno es bastante secreto (sonríe mientras me repite  que es algo maravilloso). Continuaré a difundir esta danza porqué creo en sus valores, creo en el hecho de hacer estar bien a las personas,  estoy estudiando para enseñar yoga. Física y mentalmente es la continuación de todo mi trabajo de profesora de danza. Siempre he practicado yoga que es propedéutica a la danza. Ahora me gusta poder profundizar el aspecto más filosófico.  

Para mí es importante permanecer estudiante a vida, en el sentido de que no se termina nunca de aprender. He acumulado tantas horas de estudio y quiero continuar porque es una búsqueda infinita, lo bello de la ‘Fusión’ es que debes encontrar tu voz y luego espaciar libremente, no estás obligado a obedecer a esquemas. Es eso lo que te permite tener una grandísima libertad a nivel artístico. Fotografía: Dennis Comunian

Fotografía de portada: Marie Siego.

Irenegarces1000@gmail.com